Piensa antes de hablar
ABRIL-2016 POR CRISTIAN DEL FIERRO
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¿Alguna vez ha dicho algo que has deseado no haberlo dicho? Podría haber sido una discusión con un cónyuge o con tu hijo. O tal vez fue algo que dijiste en broma que no estaba del todo bien. Tal vez participaste en una sesión de chismes o calumniando a alguien. Cualquiera que sea la razón, nuestras palabras son importantes y serán tomadas en cuenta cuando estemos delante de Dios. ¿Hay algunas maneras en que podemos ser mejores administradores de nuestras conversaciones? Vamos a tratar algunas el día de hoy:
Habla con Dios a primera hora de la mañana. (Salmos 88:13)
Comience cada día pidiendo a Dios por fuerza y gracia para ayudarte a superar esta debilidad para que Él sea glorificado por las palabras de nuestra boca. Podemos pedir al Espíritu Santo para crear una mayor sensibilidad en nuestros corazones para con los que vamos a interactuar durante el día.
Ten una persona de confianza cuando Las buenas conversaciones se acaban. (Santiago 5:16)
Podemos ser honestos con un mentor o un amigo cercano de nuestra debilidad para que nos puedan asesorar y reprendernos si es necesario. Es muy bueno tener un amigo que pregunte acerca de tu debilidad y que ayude en la restricción de nuestras palabras.
Medita en tus pensamientos antes de compartirlos con los demás. (Santiago 1:19)
A veces, sólo una pequeña pausa nos puede ayudar a reformular lo que íbamos a decir o tal vez (aún mejor) no decir nada en absoluto. Hay mayor disciplina en ser un oyente más activo que ser una persona que siempre tiene algo que decir.
Haz que tus palabras se alineen con las escrituras. (Salmos 19:14)
La palabra de Dios está llena de advertencias para los creyentes ser proactivos en su fe con palabras de aliento que edifiquen. Necesitamos conocer la Biblia para que sepamos cómo hablar con honestidad, incluso en situaciones difíciles.
Guardar para ti más de lo que compartes con los demás. (Proverbios 29:11)
La mayor parte de lo que queremos decir-No debería ser dicho y mucho menos escuchado por alguien. Somos consideramos prudentes al refrenarnos de siempre tener algo que decir. El silencio puede ser oro en muchos casos.¡Piénsalo!